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¡CUIDADO! EL DUENDE SE ACERCA!

Era un día lluvioso, con mucho viento, Lucas fue a la escuela, junto a sus compañeros, uno de ellos, era Cristián.
Él, le había contado sobre un pasillo en la escuela por el cual nadie quería pasar porque en él se escuchaban sonidos raros, tales como gritos, susurros, entre otras cosas macabras.
Ese mismo día, Lucas se quedó dormido detrás de uno de los tantos armarios que se encontraban en su aula. La escuela había cerrado con Lucas dentro de ella, cuando despertó, él estaba solo, ya que la escuela había cerrado. Como era tan curioso, se dirigió al pasillo del que todos hablaban, que generaba tanto miedo. Al llegar allí, en su diagonal, observó que una puerta se abrió rechinando… De su interior se desprendió una luz y se sintió atraído por aquella luminosidad tanto así, que lo hizo entrar en esa habitación.
En ella se encontraban varios libros, los cuales, uno de ellos, le llamó la atención.
A medida que iba leyendo, las cosas que decía ese libro iban pasando, debido al miedo que le causaba “se le erizó la piel”, una de esas cosas era que una pequeña sombra se acercaba a él, lentamente a su espalda, de esa sombra recibió un fuerte golpe en la cabeza, debido a ello se desmayó, cuando se despertó estaba amarrado a una silla, escuchó unos pasos que se acercaban a él a un ritmo rápido, la persona, que se dirigía a él parecía desesperado por llegar.
Estaba muy equivocado al pensar que era una persona, esa sombra provenía de un ser mitológico, conocido como “duende” que al parecer, no tenía buenas intenciones.
- Hola engendro del demonio -, le dijo el duende al niño, acercando lo que parecía ser un cuchillo de carnicero a su rostro, provocándole un corte profundo.
- ¿Qué me harás? – preguntó el niño tartamudeando conteniendo las lágrimas del miedo y el dolor que sentía.
- Solo cállate muchacho y disfruta de tu muerte – rió el duende, vaya que su risa es tenebrosa…
- El niño no pudo pronunciar ni una sola palabra pues tenía un nudo en su garganta.
Sin poder contenerlo más, comenzó a llorar como nunca antes.
- Que obediente eres, mocoso. Es una lástima que vayas a morir – El duende acercó un hilo y aguja a sus ojos demostrando lo que haría seguidamente, el duende siguió con su acción planeada, el niño comenzó a gritar por ayuda, el duende le tapó la boca al pequeño para seguir con su cometido. Mencionar lo que sigue no sería apto para los leyentes… Solo se puede mencionar que Lucas no volvió a mostrarse, tal vez sea porque haya muerto desangrado por aquella tortura o tal vez sea porque esta encerrado… vivo o muerto, pero lo que está claro, es que el duende sigue suelto.
- Su última aparición fue junto al esqueleto de la biblioteca, dicen que intentaba colocarle unos ojos al huesudo objeto, pero eso… ya es otra historia.
                                                                                                   7° “C”
                                                                           Esc. “Gdor. Benjamín de la Vega”






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