El aventurero genovés desembarcó en tierras habitadas por pueblos que tenían su propia cultura, su lengua, su religión, su sociedad, sus tradiciones.
A partir de su arribo, comenzó un proceso de conquista y colonización que cambió para siempre la geografía, la historia y el destino de los habitantes de los territorios conquistados e instauró una relación sostenida en la imposición española y la subordinnación americana.
Hoy todos los argentinos, sí nos sentimos orgullosos de nuestra cultura, de nuestro suelo patrio y de nuestros orígenes, debemos aceptar en nuestros corazones la diversidad cultural, debemos abrazar todas nuestras herencias.
Debemos comprometernos a pensar y permitirnos comprender, para empezar a construir juntos un presente en el que los derechos de todos los habitantes del territorio americano sean respetados; así podremos proyectarnos a un futuro en el que el odio y la violencia sean reemplazadas por paz y hermandad; la discriminación y el desarraigo por integración, prosperidad y libertad. ¡Soñemos, porque los sueños son un impulso valioso!
Soñemos con una América nueva una nueva Argentina, un nuevo ser humano capaz de conocer y enfrentar su pasado, modificar el presente y construir con esperanzas ciertas el futuro.
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