Hoy, a 167 años del fallecimieno del General San Martín y en el año del Bicentenario del Cruce de los Andes, rescatamos su lucha por un ideal, su mensaje de humildad y honestidad y su voluntad a prueba de montañas. La grandeza de San Martín fue precisamente la de haber sido hombre de una causa: la Independencia. Él es el ejemplo de que las metas se logran cuando se está decidido a conseguir lo que se ha propuesto, aunque haya que lidiar con numerosas dificultades. La meta de José era la libertad de los pueblos americanos, y para lograrlo, con una maniobra estratégica, ingeniosa y perfecta, pasó la cordillera más elevada que tropa alguna haya cruzado. Para eso,meses antes en Mendoza, levantó un ejército con la ayuda de ese pueblocuyano que dio todo por la Patria. El Gran Capitán de los Andes y sus hombres, con corazón bien templado, atravezaron la cordillera, se cubrieron de gloria en Chacabuco, se embarcaron a Lima y cumplieron con el objetivo de dar la libertad a los pueblos americanos. Esta es la historia de ese hombre que luchó por lo que creía, por el bienestar de los demás y por el sueño de la Patria floreciente. Su fuerza y su integridad en esa lucha se sienten todavía vitales, no cedieron ante la acción destructora del tiempo. Él es, junto con Manuel Belgrano, la página más pura de nuestra historia, una vida hecha lección que ojalá encuentre cobijo en el corazón de argentinos que se decidan a salir adelante luchando con honestidad y perseverancia. A VECES LA VIDA SE VUELVE CORDILLERA Y NO PODEMOS EVITAR QUE SURJAN COMPLICACIONES, CONFLICTOS Y PROBLEMAS, PERO PODEMOS ELEGIR QUÉ IMPACTO TENDRÁN EN NUESTROS OBJETIVOS.
Nuestra generación sabe que tiene una causa: una mejor sociedad, un país brillante construído sobre los pilares fuertes de los valores sarmantinianos: esfuerzo y perseverancia, educación y ética, humildad y honestidad, renunciamiento y justicia. El general San Martín, allá en los Andes, hace doscientos años, nos legó la forma de alcanzar nuestras metas.
Honremos al Padre de la Patria, no con simples discursos, sino con acciones, haciendo que sus palabras y su ejemplo nos guíen a cruzar esta cordillera empinada que es el presente. TODO ES POSIBLE SI NOS PROPONEMOS HACERLO. Los momentos más gloriosos de nuestro pasado los escribió José de San Martín. El futuro lo escribiremos nosotros.

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